La condena de un influyente político
El exsenador demócrata Bob Menéndez, de ascendencia cubana, fue condenado a 11 años de prisión por cargos de corrupción. Durante su tiempo como presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado de EE. UU., Menéndez estuvo involucrado en una red de sobornos que incluyó pagos en efectivo, lingotes de oro y autos de lujo. Su relación cercana con gobiernos extranjeros, incluidos los de Ecuador y Egipto, fue clave en los cargos que enfrentó.
El esquema de corrupción
Menéndez fue declarado culpable de recibir sobornos de empresarios, así como de facilitar el envío de ayuda militar y la intervención en otros procesos en beneficio de Egipto y Qatar. Además, se le acusa de filtrar información confidencial a funcionarios egipcios a cambio de favores. La Fiscalía federal del Distrito Sur de Nueva York señaló que el exsenador utilizó su poder político para beneficiar a estos países, comprometiendo la seguridad nacional de EE. UU.
La implicación de su esposa
Nadine, esposa de Menéndez, también está implicada en el caso. Según las autoridades, fue grabada ofreciendo servicios de intermediación a un funcionario egipcio. Durante un allanamiento en su domicilio, se hallaron 13 lingotes de oro, medio millón de dólares en efectivo y otros bienes de lujo, lo que refuerza la acusación de soborno en su contra. Estos pagos habrían comenzado en 2018 y continuado hasta 2022.
Relaciones internacionales y políticas en Ecuador
Menéndez tuvo una relación estrecha con los expresidentes ecuatorianos Lenín Moreno y Guillermo Lasso. En 2021, Moreno lo condecoró con la Orden Nacional «Al Mérito» en Miami, destacando su apoyo a la relación bilateral entre Ecuador y EE. UU.
En 2022, Menéndez participó en una reunión virtual con Lasso, donde se discutió la cooperación en seguridad, narcotráfico y desarrollo económico. Además, el exsenador promovió la «Ley de Asociación Estados Unidos – Ecuador», cuyo objetivo era fortalecer las instituciones democráticas y combatir la corrupción.
Esta sentencia representa un golpe significativo para un político que, durante años, fue considerado un defensor de la democracia y la lucha contra la corrupción en América Latina, pero cuyo legado ahora está marcado por una grave acusación de corrupción.
