El sistema eléctrico ecuatoriano atraviesa una crisis severa, caracterizada por continuos apagones que han afectado gravemente a la economía y a la calidad de vida de sus ciudadanos. La falta de inversión en infraestructura eléctrica y la carencia de un mantenimiento adecuado han exacerbado esta problemática.
Según María Paz Jervis, el impacto económico de los apagones en Ecuador se estima en aproximadamente 25 millones de dólares por hora de interrupción. Las pérdidas generadas afectan directamente a la industria y al sector comercial, interrumpiendo la producción, reduciendo la eficiencia operativa de las empresas y generando costos adicionales en reparaciones y reemplazo de equipos dañados.
Falta de Inversión y Mantenimiento
Una de las principales causas de esta crisis eléctrica es la falta de inversión en nuevas fuentes de generación y el mantenimiento deficiente de la infraestructura actual. A pesar de que la demanda de energía ha crecido significativamente en los últimos años, no se ha incrementado la capacidad instalada en el país. Los grandes proyectos hidroeléctricos y plantas termoeléctricas, que son la base del sistema energético nacional, no se han ampliado ni mejorado a tiempo.
El proyecto hidroeléctrico Coca Codo Sinclair, con una capacidad instalada de 1.500 MW, representa más del 30% de la generación eléctrica del país y, en ciertos momentos, ha llegado a superar el 50% de la producción total. Sin embargo, la falta de mantenimiento adecuado ha ocasionado fallas recurrentes en sus equipos, como fisuras en los distribuidores de presión, limitando su operación óptima y contribuyendo indirectamente a los apagones recientes.
Consecuencias de la Crisis Energética
La falta de suministro eléctrico está generando pérdidas económicas y afectando directamente la vida diaria de los ecuatorianos. Sus consecuencias abarcan varios sectores de influencia económica y social, entre los que se destacan:
- Paralización de la actividad industrial y comercial: Empresas manufactureras, especialmente las que dependen de procesos continuos como la industria alimentaria y textil, han reportado grandes pérdidas.
- Afectación en servicios esenciales: Hospitales y centros de salud han experimentado dificultades en el suministro de energía, poniendo en riesgo la vida de pacientes y retrasando tratamientos. Aunque algunos cuentan con generadores, estos no siempre cubren todas las necesidades.
- Interrupciones en la educación: En las zonas más afectadas, las clases se han visto suspendidas o han sufrido interrupciones por la falta de conectividad, especialmente en instituciones que dependen de herramientas digitales.
- Impacto en la seguridad pública: La falta de iluminación en calles y avenidas ha incrementado los riesgos de accidentes y delitos en algunas ciudades.
¿Cuál es la Solución?
Está claro que Ecuador necesita un plan integral para revitalizar su sistema eléctrico. Es necesario invertir en nueva capacidad de generación y mejorar los planes de mantenimiento de las infraestructuras existentes, ya que, de no hacerlo, los apagones seguirán representando una amenaza significativa para la estabilidad económica y social del país.
Informa Ecuador