Tras un año en funciones, el presidente ecuatoriano Guillermo Lasso puede vanagloriarse de los resultados macroeconómicos obtenidos en su gestión. Sin embargo, las estadísticas no se reflejan en bienestar para los ecuatorianos, que se debaten entre el desempleo y la creciente inseguridad en todo el país.
El feroz golpe que asestó la pandemia del covid-19 al país andino le costó tener el peor desempeño de su historia en 2020: una contracción de la economía de casi 8 por ciento. Pero el año pasado se logró remontar esa cifra y ubicar el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) en 4,2 por ciento, superando incluso la proyección del propio Banco Central de 3,5 por ciento.
Lasso prevé que el déficit fiscal de este año alcance entre el 2 y el 2,2 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), cifra inferior al 4 por ciento de 2021 y al 7 por ciento de 2020. Se espera que el país tenga necesidades inferiores de financiamiento a lo originalmente proyectado, gracias a la reforma tributaria que entró en vigencia en enero, y a los altos precios del petróleo en el mercado internacional.
«Tanto las mayores recaudaciones tributarias como el precio del petróleo han permitido la mejora de los indicadores macroeconómicos, pero el superávit de alrededor de 2.000 millones que existe en las arcas fiscales no está beneficiando a la sociedad ecuatoriana», dice a la Agencia Sputnik el analista político Decio Machado, de la Universidad Nómada del Sur.
Según Machado, la reforma tributaria, que en lo que va del año permitió un nivel de recaudación muy fuerte para las arcas del Estado, fue una exigencia del Fondo Monetario Internacional (FMI) para que el Gobierno pudiera cumplir con el servicio de la deuda de los desembolsos que recibe de los multilaterales.
EMPLEO SIGUE ESCASO
Durante su campaña electoral, Lasso ofreció generar un millón de empleos directos en sus cuatro años de gestión. El Gobierno habla de la creación de más de 350.000 fuentes de trabajo en su primer año de gestión, pero los ecuatorianos dicen que no los ven.
«Cada día hay más informalidad; la venta de todo tipo de productos en las calles se ha multiplicado; no veo en dónde están las fuentes de trabajo que el Gobierno dice que ha generado», comenta a esta agencia Juan Torres, un ingeniero de 44 años, que desde hace 5 meses busca trabajo, sin éxito, y que ha tenido que apoyar el emprendimiento de su esposa, de venta de ropa, para generar ingresos.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Inec), el desempleo en Ecuador se ubicó en 4,8 por ciento en marzo pasado, lo que implica que 397.645 personas se encontraban sin trabajo ese mes.
Cuando Lasso asumió el Gobierno, el 24 de mayo de 2021, el 32 por ciento de personas en edad de trabajar tenía empleo. Un año después, el empleo adecuado se ubica en 32,9 por ciento, un incremento mínimo en un país cuyo nivel de pobreza ronda el 28 por ciento.
En el área rural aumentó el porcentaje de trabajadores informales de 70 a 73 por ciento entre el primer trimestre del 2021 y similar período de 2022, lo que demuestra un olvido del sector agrícola, en momentos en que es fuertemente golpeado por el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, que afectó sobre todo las exportaciones de banano y flores y las importaciones de insumos esenciales para la agricultura.
Si bien la inflación en Ecuador se ubica en 2,89 por ciento, nivel relativamente bajo frente a los vecinos de la región, este país tiene su economía dolarizada, por lo que este indicador afecta a la economía de la población.
«Dicen que la inflación es baja, pero todo cada día está más caro. Yo antes iba al supermercado y con 100 dólares llenaba el coche de compras, ahora con esos mismos 100 dólares llevo solo lo básico. Ya no hay como ir al supermercado porque cada semana suben los precios, toca ir a sitios mayoristas y comprar por quintales para ahorrar algo», comenta a esta agencia María Muñoz, una maestra de primaria, que vive en el norte de Quito.
VACUNACIÓN, EL GRAN LOGRO
La cifra de crecimiento económico del año pasado refleja la recuperación de las actividades productivas tras el exitoso programa de vacunación aplicado por el Gobierno de Lasso, que logró dejar atrás la mortandad que se vivió en el 2020, cuando en el gobierno de Lenín Moreno (2017-2021) la vacuna era privilegio de unos pocos.
Al momento, alrededor de 14 millones de personas completaron el esquema de dos dosis o de monodosis de vacunación, 5,8 millones ya se aplicaron la tercera dosis de refuerzo y el país también comenzó a aplicar la cuarta dosis de la vacuna.
Pero el éxito del programa de inmunización no le alcanza a Lasso para ganar aprobación.
Según una encuesta de la firma local Click Report, el 71 por ciento de la población califica su gestión como mala y el 79 por ciento cree que la situación general del país es mala.
PROBLEMAS EN ENTIDADES PÚBLICAS
Esas cifras se dan en medio de constantes reclamos entre la población sobre una muy deficiente atención en la red de salud pública, en la que faltan medicinas de todo tipo desde las básicas, hasta las más complejas para enfermedades raras o catastróficas.
La crisis llega también a otros servicios públicos, pues en el país se ha vuelto un vía crucis renovar documentos de identidad o pasaportes caducados o perdidos.
Alrededor de 17,5 millones de ecuatorianos esperan que a partir del 25 de mayo Lasso de un giro en su política para que la población pueda beneficiarse de la salud de la que goza la macroeconomía, sobre todo con la creación de empleos.
Con información de Agencia Sputnik