Cambios en el mundo laboral
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ha advertido que hasta 2030, el 25% de los empleos actuales en Ecuador podrían ser automatizados, afectando principalmente a sectores como la manufactura y el comercio minorista. Este escenario obliga a repensar las dinámicas laborales y la necesidad de preparar a la nueva generación para los cambios tecnológicos que ya están transformando el panorama económico.
A pesar de las previsiones, los jóvenes ecuatorianos perciben que los sectores con mayores oportunidades laborales son las finanzas, la salud y la tecnología, sin embargo, la realidad dista mucho de esta percepción. En términos de creación de empleo, la tecnología y el comercio electrónico destacan como las áreas con más crecimiento. Especialmente, la programación, la ciberseguridad, el marketing digital y el análisis de datos son sectores que han mostrado un avance notable.
Desempleo juvenil: una realidad alarmante
En Ecuador, la situación laboral juvenil es crítica. Los jóvenes, entre 18 y 29 años, constituyen el 20.3% de la población, lo que equivale a unos 3.4 millones de personas. Sin embargo, el desempleo juvenil alcanza cifras alarmantes: un 80% de los jóvenes están desempleados. De estos, un 51.1% no tienen ningún ingreso, y casi el 60% depende económicamente de sus padres. Este panorama refleja una clara desconexión entre la formación académica y la disponibilidad de oportunidades laborales.
El tiempo de espera para acceder a un empleo no es menor. Un 39% de los jóvenes tardan hasta ocho meses en conseguir su primer empleo después de graduarse, y, lamentablemente, la relación entre el puesto que ocupan y la carrera que estudiaron se diluye cuanto más tiempo pasa.
A nivel cualitativo, los jóvenes señalan que las principales barreras para acceder a un empleo son la falta de experiencia, los requisitos demasiado específicos y la alta competencia. Sin embargo, los empleadores coinciden en señalar que los recién graduados carecen de habilidades esenciales, como la comunicación efectiva, el trabajo en equipo y la resolución de problemas, lo que complica aún más su integración al mercado laboral.
Propuestas para mejorar el empleo juvenil
Luisa González, candidata a la presidencia, ha propuesto un plan para mejorar la situación del empleo juvenil en Ecuador. La iniciativa incluye la contratación mixta de jóvenes, donde el Estado asumiría el 50% del salario durante el primer año de trabajo para jóvenes recién graduados, mientras que el sector privado cubriría el otro 50%. Tras este período, se espera que los jóvenes sean absorbidos completamente por las empresas o encuentren nuevas oportunidades laborales gracias a la experiencia adquirida.
Además, González plantea un programa de financiamiento para emprendedores jóvenes, otorgando créditos no reembolsables de hasta $5,000 para aquellos proyectos productivos calificados. Este plan busca fomentar la creación de empleos y el emprendimiento, clave para la reactivación económica del país.
La situación del empleo en Ecuador a 2024
Según el Instituto Ecuatoriano de Estadísticas y Censos (INEC), solo el 33% de la población ecuatoriana tiene un empleo adecuado. Esta cifra ha caído drásticamente, con una disminución de 3.1 millones de empleos en 2023 a 2.8 millones en 2024. La informalidad laboral es un problema creciente, con un 58% de los trabajadores en el sector informal, la tasa más alta en 17 años.
Lecciones del pasado: El empleo juvenil en la Revolución Ciudadana
Durante el gobierno de la Revolución Ciudadana, Ecuador logró reducir la tasa de desempleo a un 5.2%, una de las más bajas de la región. La creación de la Política Pública de Empleo «Mi Primer Empleo», que facilitó la incorporación de jóvenes al mercado laboral, fue un hito importante. Entre 2007 y 2017, más de 104,000 jóvenes se beneficiaron de este proyecto, obteniendo su primer empleo en el sector público y privado.
Finalmente la actual tasa de desempleo juvenil en Ecuador refleja un serio desafío económico y social que requiere la implementación de políticas públicas que fomenten la empleabilidad de los jóvenes, adaptando su formación a las demandas del mercado y brindando incentivos a las empresas para contratar a nuevos talentos.
Sin una intervención efectiva, el desempleo juvenil continuará siendo uno de los mayores problemas que enfrenta la economía ecuatoriana.