El pasado 7 de marzo de 2025, cinco reclusos de la Penitenciaría del Litoral, en Guayaquil, fueron encontrados sin vida en sus celdas. Un primer informe policial sugirió que la tuberculosis (TB) podría ser la causa de los decesos, pero el Ministerio de Salud Pública (MSP) ha afirmado que los fallecidos no aparecen en su base de datos de “pacientes sospechosos”. Esta declaración, confusa y poco clara, solo evidencia el pésimo manejo de la salud en los centros de privación de libertad.
El Ministerio de Salud minimiza el brote
El país enfrenta una grave crisis sanitaria relacionada con la tuberculosis (TB), que ha sido ignorada por el Ministerio de Salud. A pesar de la alerta inicial, se han registrado al menos 1.115 casos, de los cuales más de la mitad, 567, se encuentran en la Penitenciaría del Litoral. Esta situación también afecta a otras 11 cárceles en el país, ubicadas en provincias como Sucumbíos, Esmeraldas y Pichincha. Sin embargo, el MSP minimiza la crisis, asegurando que no existe una emergencia epidemiológica y culpando a los reclusos por rechazar el tratamiento.
El ministro de Salud, Édgar Lama, ha dado respuestas confusas. En entrevistas y videos, afirmó que los internos tienen la opción de aceptar o rechazar el tratamiento. No obstante, el MSP solo ha reportado que dos reclusos con tuberculosis rechazaron el tratamiento «por razones personales».
Contradicciones en los informes
El Comité Permanente de Derechos Humanos de Guayaquil (CDH-GYE) ha denunciado que las condiciones de salud en las cárceles son alarmantes. La falta de medicación constante, el hacinamiento y la desnutrición son solo algunos de los problemas que enfrentan los reclusos.
En su informe, el CDH-GYE también reveló que la Penitenciaría del Litoral no tiene la infraestructura adecuada para atender a los prisioneros enfermos. Tras la destrucción del policlínico, los internos son atendidos en una pequeña sala improvisada, con solo dos médicos del MSP para toda la población carcelaria.
El brote de tuberculosis se expande sin control
El experto en epidemiología, Ronald Cedeño critica la estrategia del MSP, señalando que no se han realizado análisis adecuados de los datos epidemiológicos.
A finales de enero de 2025, la Penitenciaría del Litoral ya presentaba un hacinamiento del 79.6%, lo que favorece la propagación de la tuberculosis. Además, solo el 0.42% de la población carcelaria ha sido sometida a pruebas, incumpliendo con los protocolos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El informe del MSP indicó que 138 de los 290 reclusos tamizados fueron «presuntivos de tuberculosis», un número alarmante que debería haber activado los protocolos para un diagnóstico y tratamiento oportuno, pero esto no ha sucedido.
Por otra parte, el doctor Cedeño señala que la denominación «presuntivo» es incorrecta, ya que el diagnóstico solo puede confirmarse mediante pruebas moleculares y el resultado «es positivo o negativo» afirma.
Falta de estrategia para controlar la enfermedad fuera de la cárcel
El MSP tampoco ha implementado una estrategia para controlar la TB fuera de las cárceles, lo que pone en riesgo a la población en general. La falta de diagnóstico y tratamiento oportuno con los afectados y el control de contactos aumenta la preocupación sobre la expansión de la enfermedad, tomando en cuenta que la TB se transmite persona a persona.
El tratamiento en las cárceles sigue siendo insuficiente
El tratamiento eficaz de la tuberculosis, según la OMS, requiere diagnóstico precoz, suministro constante de medicamentos y monitoreo adecuado. Sin embargo, en las cárceles, los recursos son limitados y el tratamiento no se está implementando correctamente. La estrategia de terapia directamente observada (TDO), recomendada por la OMS, no se está utilizando adecuadamente, lo que podría resultar en la propagación de la enfermedad.
Un contraste con la gestión durante el gobierno de Correa
El doctor Cedeño, responsable de la estrategia de TB durante el gobierno de Rafael Correa, señala que en esa época se implementaron medidas efectivas para controlar la tuberculosis en las cárceles. Existían pabellones de aislamiento, médicos rotativos, y se garantizaba un suministro adecuado de medicamentos. Además, se realizaban diagnósticos oportunos y se aplicaba la estrategia de TDO.

Sin embargo, según el informe del CDH-GYE, estas medidas ya no existen. La infraestructura de salud en las cárceles es deficiente, y los reclusos afectados por tuberculosis están transmitiendo la enfermedad activamente. La falta de inversión en medicamentos y la escasez de recursos son solo algunos de los problemas que enfrenta el sistema penitenciario.
El MSP está fallando en su responsabilidad
El manejo del brote de tuberculosis en las cárceles es un claro ejemplo del fracaso del Ministerio de Salud Pública. La falta de un plan efectivo, la desinformación y la negligencia en el tratamiento de los reclusos han permitido que la crisis sanitaria se agrave. Si no se toman medidas inmediatas, el brote podría extenderse fuera de las prisiones, convirtiéndose en una amenaza para toda la población.