Desde la finalización de la construcción de Coca Codo Sinclair, en 2016, de parte de Sinohydro, la central hidroeléctrica más grande del país se ha convertido en un emblema de la capacidad energética del Ecuador. Más allá de su relevancia técnica y ambiental, la obra destaca por el impacto social que la empresa constructora ha continuado desarrollando en las zonas de influencia: El Chaco y Gonzalo Pizarro.
Aunque la operación y mantenimiento de la hidroeléctrica están bajo responsabilidad del Estado ecuatoriano, Sinohydro ha mantenido su presencia activa en las comunidades cercanas. Su compromiso con el desarrollo integral de la región no terminó con la finalización del proyecto, sino que ha evolucionado hacia iniciativas que buscan el bienestar de sus habitantes.
En particular, los niños y jóvenes han sido beneficiario, así como los adultos mayores y las personas con discapacidad que han recibido apoyo mediante actividades que mejoran su calidad de vida.
Un aspecto destacado es la extensión de servicios de salud, inicialmente destinados al personal de la construcción, hacia la población general. Este esfuerzo ha cubierto necesidades médicas esenciales, beneficiando a comunidades que antes enfrentaban limitaciones en el acceso a atención sanitaria.
Reactivación económica con legado
Durante la etapa de construcción, Coca Codo Sinclair generó una reactivación económica sin precedentes en las comunidades locales, con la creación de más de 10.000 empleos. Sinohydro priorizó la contratación de personal ecuatoriano y, particularmente, de trabajadores de las zonas de influencia. Esta política no solo redujo el desempleo, sino que también fortaleció las capacidades laborales de la población, y dejó habilidades y experiencias que perduran.
El impacto económico no terminó con la obra: las cadenas de valor locales, el fortalecimiento de pequeños negocios y la infraestructura instalada han continuado beneficiando a las comunidades, consolidando una base para un desarrollo sostenible a largo plazo.
Responsabilidad social como pilar
La responsabilidad social corporativa de Sinohydro demuestra que los grandes proyectos de infraestructura pueden ser catalizadores de cambios positivos, no solo a nivel económico, sino también social y humano. Su enfoque en las comunidades de El Chaco y Gonzalo Pizarro marca un precedente sobre cómo las empresas pueden y deben involucrarse más allá de sus responsabilidades contractuales.
En un contexto global donde las empresas enfrentan mayor escrutinio sobre su impacto social y ambiental, Sinohydro ha sabido construir infraestructura, y a la vez futuro.
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