El Movimiento Construye, encabezado por María Paula Romo, ha decidido apoyar a Daniel Noboa en la segunda vuelta presidencial. En su comunicado oficial, resaltan su rechazo al autoritarismo y su compromiso con la democracia, pero las contradicciones dentro de su discurso son difíciles de ignorar. ¿Es este apoyo realmente por la democracia o por un intento de buscar un lugar en el poder si los resultados le favorecen a Noboa?
¿Defender la democracia o ignorar la realidad?
El movimiento asegura que apoya a Noboa para evitar que Ecuador siga el rumbo de países como Venezuela y Nicaragua. Sin embargo, lo que omiten es la creciente preocupación de sectores sociales y políticos sobre la falta de libertades en su entorno. La supuesta «defensa de la democracia» parece ser más un argumento de campaña que una postura genuina frente a los hechos. Los cuestionamientos sobre Noboa y sus actitudes autoritarias no desaparecen por un simple respaldo político.
De acusaciones a apoyos
Hace menos de un año, Construye acusaba a Noboa de manipular el Tribunal Contencioso Electoral (TCE) para deslegitimar su movimiento. Hoy, este mismo grupo se pliega a su causa, cambiando radicalmente su postura. La excusa oficial es la “situación política actual”, pero la pregunta es clara: ¿Es un giro sincero o una maniobra política ante la presión electoral?
Violación de libertades: Un Gobierno de Noboa ¿nos garantiza democracia?
Diversos expertos han señalado la creciente preocupación sobre las libertades civiles bajo un posible gobierno de Noboa. El candidato ha sido señalado por no solicitar licencia para su campaña, una violación flagrante de la ley, y por utilizar el aparato judicial con fines políticos. Mientras algunos defienden su respeto por las libertades, la realidad muestra a un candidato que ha recurrido al uso del poder para amedrentar a sus opositores.
Miedo y manipulación: Una estrategia de la Derecha
El discurso sobre el socialismo del siglo XXI como un monstruo que amenaza a Ecuador se ha utilizado una y otra vez en las campañas de la derecha latinoamericana. Construye no duda en respaldar esta narrativa, pero no aborda los problemas internos que también aquejan al país. En lugar de una reflexión crítica sobre el país, nos enfrentamos a una estrategia de marketing político que pretende ganar votos a través del miedo.
Crisis Nacional: El desgaste de un país sin líderes
Ecuador enfrenta una crisis múltiple: inseguridad, desempleo, problemas económicos y una falta de confianza en las instituciones. Esta situación se ha visto exacerbada por gobiernos incapaces de enfrentarlas. La corrupción sigue siendo uno de los mayores males del país, con casos como Petronoboa y PROGEN aún sin resolverse, lo que agrava la imagen de un sistema político colapsado. ¿Es este el contexto adecuado para ofrecer más promesas vacías?
Un respaldo sin repercusión real
El apoyo de la ciudadanía a Construye no tuvo impacto significativo en la primera vuelta electoral. Con solo el 0.36% de los votos, el movimiento apenas logró captar 37.070 sufragios. La postura de Romo y su grupo parece más una jugada política que una muestra de fuerza popular. El silencio de las redes sociales y la mínima visibilidad del respaldo reflejan la poca resonancia de su mensaje.