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Crisis energética en Ecuador: Retos y necesidades urgentes para la sostenibilidad

La crisis energética en Ecuador es un tema de alta relevancia y complejidad. A medida que el consumo y la demanda de electricidad crecen, los recursos y la infraestructura para cubrir esa demanda no han avanzado al mismo ritmo. Santiago Caviedes, experto macroeconómico, señala varios elementos no abordados y rutas ignoradas que han exacerbado el problema, subrayando la falta de inversión en el sector y los desafíos para financiar nuevos proyectos.

Uno de los puntos menos discutidos en la crisis energética es el déficit tarifario, una diferencia significativa entre los costos reales de generación y las tarifas cobradas a los usuarios. Este déficit no considera el costo de reposición de la inversión, lo que genera una brecha creciente. Caviedes menciona que, aunque en 2016 las tarifas estaban equilibradas, la situación ha cambiado debido al aumento en la oferta de energía no hidroeléctrica, encareciendo la generación y generando una diferencia de al menos tres centavos por kilovatio hora.

Por otro lado, el Plan Maestro de Electrificación 2016-2027, que originalmente preveía cubrir la demanda hasta 2027, no se ha cumplido debido a la falta de inversiones en los últimos años, producto de la crisis fiscal y la incapacidad de financiamiento. Sin el respaldo financiero necesario, el sector privado tampoco ha podido suplir esta demanda, ya que las tarifas actuales no garantizan retornos sostenibles, lo que limita el atractivo de la inversión privada en generación energética.

La hidroelectricidad ha sido una estrategia clave en Ecuador por su potencial hídrico. La obra emblemática de este modelo, Coca Codo Sinclair, representa la mayor central hidroeléctrica del país y ha reducido significativamente los costos de generación al disminuir el uso de combustibles fósiles. En sus primeros años, Coca Codo Sinclair permitió un ahorro de hasta 600 millones de dólares. Sin embargo, el parque térmico, planteado como respaldo en épocas de sequía, no ha recibido el mantenimiento adecuado. Actualmente, Coca Codo Sinclair se mantiene como la columna vertebral del sistema, pero sin el soporte térmico necesario, la infraestructura enfrenta dificultades adicionales.

Para enfrentar la crisis, es fundamental adquirir energía de proveedores privados bajo contratos que ofrezcan garantías de pago, como destaca Caviedes. Además, se requiere de reformas en el sector que permitan canalizar financiamiento hacia proyectos privados ante la falta de inversión pública. La participación de organismos multilaterales es imprescindible, ya que el financiamiento local no cuenta con la capacidad para respaldar proyectos de envergadura.

Caviedes subraya que, aunque las acciones del sector público son importantes, estas no resolverán el problema de la noche a la mañana. Es necesaria una colaboración sólida entre los sectores público y privado que permita monetizar activos sin sacrificar la generación. A pesar de los intentos por monetizar activos como Sopladora en 2016, esto solo liberaría recursos sin resolver la demanda energética.

El experto recalca que es esencial tomar decisiones de política pública y liderazgo para enfrentar esta crisis, lo cual incluye ajustar tarifas y focalizar subsidios para asegurar que el sistema energético pueda sostenerse. También se debe implementar el mecanismo de precios adecuado para regular la oferta y la demanda en grandes consumidores.

El incumplimiento del Plan Maestro de Electrificación –solo ejecutado en un 27% hasta la fecha– ha conducido a la situación actual, agravada por una sequía histórica y la falta de mantenimiento del parque térmico. Caviedes concluye que la falta de medidas eficaces para gestionar la crisis energética provoca pérdidas económicas de hasta 12 millones de dólares diarios debido a los cortes programados, un impacto considerable en una economía con bajo crecimiento y con un riesgo país en aumento.

El escenario energético de Ecuador requiere de soluciones que no solo atiendan las demandas actuales, sino que también aseguren la sostenibilidad del sistema energético en el largo plazo.

FIN

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