Abraham Verduga, quien se define a sí mismo como un militante popular, envió un mensaje contundente a la ciudadanía para no permitir que el odio distraiga de la urgente necesidad de restituir la Patria.
Y con esa misma firmeza, convicción, pero también con una profunda indignación, levanta su voz para «enfrentar a los cobardes y corruptos. La dignidad no se negocia, se defiende con la fuerza de un pueblo unido», manifiesta.
La honra de un hombre no se mancha
Verduga no oculta su rabia ante los intentos de mancillar la honra y el nombre de su hermano Augusto, «la única riqueza que tiene mi hermano (…) su palabra limpia, su vida entregada a las causas justas», afirma.
Y argumenta que este ataque no es solo contra su hermano, sino también contra quienes creen en una verdadera justicia, en un país mejor.
Aunque estos ataques a veces generen risa, son un burdo y miserable libreto para manchar la honra de personas inocentes, pero que están dispuestas a protestar ante las injusticias. «Lo que está en juego no es solo la dignidad de un hombre, sino el futuro de un país entero», afirma.
La maquinaria del lawfare
Y este libreto, según Verduga, diseñado por Noboa y ejecutado por la fiscal Diana Salazar, es una estrategia destinada a destruir la confianza en las instituciones y en el país, porque el «lawfare» no persigue solo a voces visibles o disidentes, sino que «es un plan para contaminar al pueblo de odio, para romper los lazos que nos sostienen como sociedad».
Una justicia torcida
Verduga acusa a Salazar de ser corrupta y al candidato Daniel Noboa de ser «un presidente sin talla ni coraje», que se unen para violar y pervertir la justicia y las leyes, con el fin de distraer la atención de la crisis multidimensional que vive el país. «Nos quieren meter en su lodazal, para que olvidemos lo esencial: que Ecuador vive sus horas más tristes, y que hace falta un proyecto colectivo para resucitarlo».
La dignidad no se negocia
Abraham Verduga manifiesta, en este sentido mensaje, que ha tomado la decisión de dejar de responder las infamias que se han tejido en contra de su familia, para no permitir que el odio nos desvíe y «robe el tiempo valioso que deberíamos dedicar para reconstruir la Patria».
Un llamado a la unidad
A través de este mensaje, también invita a la unidad a todos los que quieran construir un país diferente. Hace un llamado para no caer en provocaciones frente a las «mentiras y el veneno que nos lanzarán hasta el 13 de abril».
Es un llamado para que el pueblo se mantenga firme, con la voluntad intacta y sin perder el derecho a soñar. «Porque ya somos miles, miles los que caminamos juntos, los que alzamos la voz, los que decimos: ¡Basta ya!». Mientras ellos siembran miedo, nosotros sembramos esperanza», recalca.
Finalmente, manifiesta que, sin importar ideologías ni banderas políticas, el objetivo que debe congregar y aglutinar al pueblo es una hoja de ruta, una agenda común para devolver la dignidad al país, «para salir de esta noche oscura. Está cerca el día en que la esperanza venza al miedo, en que el amor venza al odio».