La Organización Meteorológica Mundial (OMM) ha elevado su nivel de alerta por el derretimiento de la criosfera, las partes de la superficie de la Tierra donde el agua se encuentra en estado sólido, pues constantemente se derrite, con impactos desastrosos en varios campos de la vida en el planeta.
Delegados de todo el mundo en el Congreso Meteorológico Mundial expusieron la preocupación de que se derriten el hielo y la nieve en las zonas polares y de alta montaña, afectando a todo el planeta, en particular a los pequeños Estados insulares y a las zonas costeras densamente pobladas.
La disminución del hielo marino y el deshielo de los glaciares, de las capas de hielo, la nieve y el permafrost –suelo congelado en la región ártica- tienen efectos cada vez mayores en el aumento del nivel del mar, los peligros relacionados con el agua y la seguridad hídrica, las economías y los ecosistemas.
El Congreso resolvió pedir mayor coordinación de las observaciones y predicciones, del intercambio de datos, de la investigación y de los servicios relacionados con la criosfera, y el aumento de la financiación necesaria para los respectivos programas.
“El problema de la criosfera es un tema candente, no solo para el Ártico y la Antártida, sino que es un problema global”, dijo el secretario general de la OMM, Petteri Taalas.
El derretimiento de los glaciares y la capa de hielo en Groenlandia y la Antártida representa alrededor de 50 % del aumento del nivel del mar, que se está acelerando, con impactos desastrosos en los pequeños Estados insulares en desarrollo y las áreas costeras densamente pobladas.
Más de 1000 millones de personas dependen del agua procedente del deshielo de la nieve y los glaciares, transportada aguas abajo por las principales cuencas fluviales del mundo, por lo que los cambios irreversibles en la criosfera repercutirán en las estrategias de adaptación y el acceso a los recursos hídricos.
El permafrost del Ártico se está fundiendo y es “un gigante dormido” para la generación de gases de efecto invernadero que calientan el planeta: contiene el doble de carbono que la atmósfera actual.
El deshielo de las montañas y del permafrost del Ártico aumenta el riesgo de peligros naturales en cascada.
La fusión del manto de hielo de los glaciares, Groenlandia y la Antártida representa alrededor de 50 % del aumento del nivel del mar, lo cual que se está acelerando.
Solo entre octubre de 2021 y octubre de 2022 los glaciares de referencia (de los que se dispone de observaciones a largo plazo) experimentaron un cambio de espesor medio de más de −1,3 metros.
Además, los cambios en la criosfera en las zonas montañosas están provocando un aumento de peligros como desprendimientos de rocas y glaciares, y crecidas. En Pakistán, 36 de sus 3000 lagos glaciales son potencialmente peligrosos y presentan un alto riesgo de desbordamiento.
En 2022 se produjeron en ese país asiático numerosos desbordamientos de lagos glaciales y crecidas repentinas, se registraron calores extremos y prolongados en marzo y abril, y crecidas devastadoras en septiembre y octubre.
La resolución del Congreso pide “comprender el carácter acuciante de los riesgos emergentes mundiales y regionales derivados de la evolución de la criosfera en un clima cambiante”.
Por ello solicita optimizar los mecanismos técnicos de colaboración y coordinación, para mejorar los servicios por parte de los miembros -191 Estados y territorios- con el fin de abordar deficiencias actuales en las regiones polares y de alta montaña.
En particular se demanda mejorar el intercambio de datos y el uso de modelos numéricos mejorados que integren la investigación sobre los procesos criosféricos.
Con información de IPS