El ingeniero Fernando Salinas, presidente del Foro Energético, analizó la situación energética del Ecuador, destacando el enorme potencial hidroeléctrico del país y el papel clave de la central Coca Codo Sinclair (CCS) en el sistema eléctrico nacional. Según el experto, la hidroenergía es la energía del futuro para Ecuador, con una capacidad de generación aún por desarrollar que podría posicionar al país como un referente en energía limpia y renovable.
El papel crucial de Coca Codo Sinclair
Con una capacidad instalada de 1.500 MW, la CCS aporta aproximadamente el 26% de la generación diaria de energía del país, especialmente durante épocas de alta pluviosidad. En 2022, la central alcanzó un récord de producción, superando los 7.000 GWh anuales, gracias a un factor de planta del 50% al 55%. Aunque es superada en producción anual por el complejo hidroeléctrico Paute-Molinos-Mazar-Sopladora (con 1.800 MW de capacidad), la CCS es fundamental para reducir la dependencia de importaciones de energía desde Colombia y disminuir el uso de generación térmica, lo que representa un ahorro significativo para el país.
Desafíos técnicos y soluciones implementadas
Desde su entrada en operación en 2016, la CCS ha enfrentado desafíos, como la erosión en el río Coca. Este problema ha sido controlado con la construcción de un dique permeable a 7,2 km de la captación, una obra de ingeniería diseñada para garantizar la continuidad operativa de la central. Además, la planta cuenta con sistemas de control de sedimentos, como desarenadores, que protegen las turbinas de la Casa de Máquinas.
El futuro de la hidroelectricidad en Ecuador
Ecuador tiene un potencial hidroeléctrico estimado en 24.000 MW aún por desarrollar, una oportunidad que requiere una visión estratégica a largo plazo. Proyectos como Toachi Pilatón (250 MW), que entrará en operación plena en el primer trimestre de 2024, son pasos importantes para ampliar la oferta energética nacional. La diversificación geográfica de centrales en zonas como Esmeraldas, Guayas y Puyango también será clave para fortalecer la seguridad energética del país.
Ecuador tiene la oportunidad de aprovechar su potencial hidroeléctrico, reducir la dependencia de fuentes térmicas y consolidarse como un modelo de desarrollo sostenible basado en energías limpias. La planificación y ejecución de nuevos proyectos serán esenciales para garantizar el abastecimiento energético en el futuro.
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