En las últimas dos décadas, China se ha consolidado como el principal actor global en el desarrollo y uso de energías renovables. Este avance responde a su compromiso con la reducción de su huella de carbono y a su estrategia para liderar la transición energética mundial. En 2024, no solo fue responsable de la mayoría de las nuevas instalaciones de energía solar y eólica a nivel global, sino que también alberga la infraestructura hidroeléctrica más impresionante del planeta.
Energía solar y eólica: un avance monumental
China cuenta con una capacidad instalada de energía eólica y solar que supera la de cualquier otro país. Actualmente, está desarrollando 180 gigavatios (GW) de energía solar y 159 GW de energía eólica, sumando un total de 339 GW en construcción, casi el doble que el resto del mundo combinado.
Estas cifras reflejan el compromiso chino con la energía limpia y su capacidad para movilizar recursos a gran escala. Entre las innovaciones destaca la turbina eólica «Ocean X», equipada con doble cabezal y una capacidad de generación superior a los 16 megavatios (MW), suficiente para abastecer más de 30.000 hogares al año.
La joya de la corona: la energía hidroeléctrica
Si bien el crecimiento de la energía solar y eólica es notable, la verdadera fortaleza de China radica en su capacidad hidroeléctrica. La presa de las Tres Gargantas, ubicada en el río Yangtsé, es la central hidroeléctrica más grande del mundo, con una capacidad instalada de 22.500 MW. Desde su entrada en operación, genera anualmente más de 80.000 millones de kilovatios hora (kWh), suficiente para abastecer a millones de hogares.
A pesar de las críticas por el impacto ambiental y social, esta infraestructura ha reducido significativamente el uso de combustibles fósiles y contribuye al control de inundaciones en una región históricamente vulnerable. Junto a otras megacentrales como Xiluodu y Baihetan, que superan los 10.000 MW de capacidad, la hidroenergía representa aproximadamente el 18% de la generación eléctrica total del país.
Innovación en transmisión de energía
China ha complementado su generación de energías renovables con un sistema avanzado de transmisión. Las líneas de ultra alto voltaje (UHV, por sus siglas en inglés) permiten transportar electricidad desde las regiones interiores, donde se producen la mayoría de las energías renovables, hasta los centros urbanos en la costa este.
En 2022, más del 56% de la electricidad transmitida por estas líneas provino de fuentes renovables, superando el objetivo gubernamental del 50%.
Un modelo para el mundo
El éxito de China en energías alternativas ofrece lecciones valiosas para el resto del mundo. Su capacidad para movilizar recursos, fomentar la innovación y construir infraestructuras a gran escala demuestra que es posible acelerar la transición energética incluso en economías dependientes de combustibles fósiles.
Con una combinación de energía solar, eólica e hidroeléctrica, sumada a una red de transmisión de última generación, China lidera el camino hacia un futuro sostenible, contribuyendo significativamente a la lucha global contra la crisis climática.
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