Los trabajadores de la automotriz estadounidense Ford en la planta de Colonia, en el oeste de Alemania, dieron hoy comienzo a la huelga de dos días en rechazo a un plan de recortes.
La protesta sindical es la primera que se produce en los casi 100 años de historia de la fábrica, y fue convocada por el sindicato industrial IG Metall con el objetivo de aumentar la presión sobre la patronal.
El sindicato instaló piquetes a las puertas de la fábrica a primera hora de la mañana. «El trabajo se ha paralizado por completo», dijo el portavoz del IG Metall en Ford Colonia, David Lüdtke.
El portavoz precisó que la acción de protesta afecta a todo el centro, es decir a las áreas de producción, desarrollo, administración y otros departamentos. «No vamos a dejar entrar a nadie», añadió.
La planta alemana de Ford cuenta con 11.500 empleados. La dirección quiere eliminar 2.900 puestos de trabajo hasta finales de 2027 para reducir costes, a lo cual el sindicato se opone rotundamente.
IG Metall acusa a los directivos de carecer de un plan, lo cual pone en peligro la continuidad de la tradicional filial germana de Ford. El sindicato aboga por un convenio social que contemple indemnizaciones elevadas y garantías financieras para la plantilla.
El grupo fabrica ahora dos modelos de automóviles eléctricos en Colonia, cuyas ventas han quedado muy por debajo de las expectativas. Según datos oficiales, la cuota de Ford en los coches matriculados en Alemania en 2024 era solo del 3,5 %, 1,5 puntos porcentuales menos que en 2022.
Ford tiene una fuerte presencia en el negocio de las camionetas pickup y los vehículos comerciales, como la furgoneta Transit. Sin embargo, la producción europea de la empresa está centrada en el negocio automovilístico, una rama secundaria del fabricante estadounidense, que lleva mucho tiempo registrando pérdidas.
Durante décadas, el pequeño Ford Fiesta, coche fabricado en Colonia, fue un éxito de ventas, pero la situación cambió gradualmente. En 2023 se dejó de producir.
«Todo o nada»
De acuerdo con el jefe del comité de empresa de Ford Alemania, Benjamin Gruschka, la presión sobre la automotriz estadounidense está aumentando considerablemente como consecuencia de la huelga.
«Duele de verdad, hoy les está costando unos cuantos millones», señaló Gruschka, quien alertó que los trabajadores organizarán nuevas huelgas si la dirección no cede en las negociaciones. «Entonces tendremos más días de huelga y el impacto será cada vez mayor», añadió.
Gruschka subrayó la importancia de la acción, al mencionar la cancelación por parte de Ford de una especie de garantía legal que podría permitirle el camino hacia la declaración de una «posible insolvencia» de su filial alemana.
«Los compañeros saben que es todo o nada», opinó el líder sindical.
El sindicato IG Metall insiste en que la empresa matriz estadounidense proporcione una red de seguridad financiera a los trabajadores en caso de que se inicie un procedimiento de insolvencia.
Por el momento, no obstante, no hay indicios concretos de que se vaya a producir dicha insolvencia, sobre todo teniendo en cuenta que la enorme deuda acumulada por Ford Alemania se ha reducido recientemente de forma significativa gracias a una inyección de liquidez estadounidense.
Tras el inicio de la huelga, un portavoz de Ford dijo que la empresa es «optimista» en cuanto a que las conversaciones entre las partes llevarán a un acuerdo.
Con información de Agencia DPA