Desde su entrada en operación en 2016, Coca Codo Sinclair (CCS) ha demostrado ser mucho más que la central hidroeléctrica más grande del Ecuador: se ha consolidado como un pilar confiable en el Sistema Nacional Interconectado. Con 1 500 MW de potencia instalada, distribuidos en ocho unidades Pelton de alta caída, la central no solo responde a los momentos de alta hidraulicidad, sino que incluso en períodos de estiaje ha continuado aportando energía de forma sostenida. En noviembre de 2023, por ejemplo, cuando el caudal del río Coca disminuyó, la central mantuvo un despacho entre 700 y 1.300 MW, ratificando su adaptabilidad técnica y su rol estratégico en la matriz eléctrica nacional.
Este comportamiento estable no es casualidad, sino resultado de un modelo de operación que combina planificación de despacho, monitoreo en tiempo real y programas de mantenimiento preventivo. La experiencia de estos primeros años de funcionamiento confirma que la central, pese a operar en un entorno hidrológico complejo, ha mantenido niveles de eficiencia hidráulica superiores al 90 %, comparables con centrales de gran escala en la región andina y en Asia.
La importancia de los ciclos de mantenimiento mayor ha quedado en evidencia en los últimos años. En 2021, tras intervenir el sistema de válvulas esféricas y componentes hidráulicos de la Fase 2, CCS recuperó su capacidad total de 1 500 MW, verificado públicamente por CELEC EP y el Ministerio de Energía. Más recientemente, en septiembre de 2025, los trabajos ejecutados en rodetes, válvulas esféricas, transformadores y bahías de 500 kV devolvieron nuevamente a la central su potencia nominal. Estos resultados confirman que los mantenimientos no son medidas correctivas aisladas, sino parte necesaria para fortalecer y prolongar la vida útil de los equipos, asegurando su confiabilidad
El dato es contundente: luego de la última fase de mantenimiento, la central volvió a operar con sus ocho unidades al 100 % de su capacidad instalada. Este hecho no solo valida la robustez del diseño original, sino que refleja la efectividad de las prácticas de mantenimiento aplicadas, que incluyen ensayos no destructivos en rodetes, calibración de toberas e inspecciones dieléctricas en generadores.
Que Coca Codo Sinclair esté produciendo hoy a máxima capacidad significa que el país cuenta con un respaldo energético que ha sabido sostenerse tanto en condiciones de abundancia hídrica como en escenarios restrictivos. A diferencia de otras fuentes más vulnerables a la variabilidad climática, la central ha mostrado un desempeño estable, asegurando generación continua incluso cuando los caudales bajan.
De cara al futuro, la evidencia técnica indica que CCS mantiene intacto su potencial de aportar energía renovable por varias décadas más. Su diseño, sumado a una estrategia de mantenimiento oportuno, asegura que el desgaste de componentes se mantenga dentro de parámetros controlados, lo que prolonga su vida útil y reduce riesgos de fallas prematuras.
Por lo que Coca Codo Sinclair cumple con su promesa inicial de ser el eje más importante de la generación eléctrica ecuatoriana, sino que, tras los mantenimientos mayores, lo ha hecho reafirmando que está preparada para seguir operando a su máxima capacidad. La central confirma que la ingeniería detrás de su construcción y la disciplina técnica de su operación siguen siendo garantía de seguridad energética para el Ecuador.
Informa Ecuador
