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La Revolución Ciudadana duplicó la capacidad eléctrica, pero la inacción de Noboa sumió al país en la crisis energética

Desde septiembre de 2024, Ecuador ha enfrentado una de las peores crisis energéticas de los últimos 14 años. Según el gobierno de Daniel Noboa, los racionamientos fueron una medida obligada debido a las malas condiciones ambientales y la falta de mantenimiento en las centrales hidroeléctricas.

Sin embargo, esta narrativa ha sido utilizada por los grandes medios de comunicación, quienes aseguraron que la matriz energética del país depende exclusivamente de las lluvias. Sofía Espín, ingeniera eléctrica y candidata al Parlamento Andino, cuestiona esta postura, acusando a los medios de proteger la «nula gestión» de Noboa.

La Revolución Ciudadana: Una inversión clave en infraestructura energética

Durante la Revolución Ciudadana, Ecuador duplicó su capacidad de generación eléctrica, pasando de 4,000 a más de 8,000 megavatios. Esto se logró mediante la construcción de más de ocho centrales hidroeléctricas, entre ellas Manduriacu, Toachi-Pilatón, Mazar, Quijos, y la emblemática Coca Codo Sinclair.

Espín señala que esta inversión fue crucial, ya que permitió utilizar la fuerza de los ríos para producir energía, eliminando la necesidad de comprar diésel. Este cambio no solo protegió la economía, sino también la estabilidad de la dolarización.

Además, el gobierno de Rafael Correa implementó un parque termoeléctrico como respaldo al sistema hidroeléctrico. En su mandato, se construyeron y pusieron en funcionamiento siete centrales, como Termoesmeraldas II, Quevedo, y Jaramijó.

El deterioro en la gestión energética: Las causas de la crisis actual

Espín explica que, tras la salida de la Revolución Ciudadana, los gobiernos de Moreno, Lasso y Noboa descuidaron el mantenimiento del parque termoeléctrico y abandonaron el Plan Maestro de Electricidad diseñado hasta 2035.

«Noboa prometió resolver la crisis en 9 meses, pero pasaron 12 y no hizo nada. Los apagones costaron más de 6,000 millones de dólares y dejaron a más de 250,000 personas sin empleo», asegura Espín.

A lo largo de estos 13 meses, Noboa ha recurrido a dos barcazas turcas para agregar 200 megavatios al sistema, pero estas generan «energía cara y contaminante». Además, los contratos anunciados han presentado irregularidades, con adelantos por más de cien millones de dólares. Según Espín, hoy no hay apagones principalmente porque está lloviendo en la zona austral del país y porque Colombia está exportando energía a Ecuador.

Un plan para resolver la crisis: El Plan GENERA

A pesar de los desafíos, el binomio de la Revolución Ciudadana ha propuesto el Plan GENERA, que no solo busca solucionar los apagones, sino también fomentar el desarrollo, empleo y seguridad energética en el país. Este plan está dividido en tres fases:

Fase 1: Recuperar la luz
Se invertirá 300 millones de dólares en la reparación y modernización de siete termoeléctricas, lo que generará 500 MW adicionales. Esto permitirá reducir la dependencia de las lluvias, garantizar energía eficiente, generar ahorros y ofrecer tarifas adecuadas.

Fase 2: Modernización
Esta fase promoverá proyectos de energía solar y eólica con inversión privada, reemplazará postes tradicionales por alumbrado solar y LED, y aprovechará el gas desperdiciado en los mecheros de la Amazonía para producir electricidad.

Fase 3: Futuro sostenible
El enfoque será tecnológico, impulsando el uso de hidrógeno verde, vehículos eléctricos y la integración energética con Perú, junto con nuevos proyectos hidroeléctricos y termoeléctricos bajo un plan maestro renovado.

Crisis energética: Un problema aún pendiente

Ecuador vivió una crisis energética con cortes programados de hasta 12 horas diarias desde septiembre hasta diciembre de 2024, debido a una «mala gestión» por parte del gobierno de Noboa. A pesar de ser informado con antelación sobre la escasez de agua, el presidente no adoptó medidas para mitigar el impacto.

Para 2025, el operador nacional de electricidad Cenace prevé un crecimiento de la demanda de unos 300 megavatios, lo que podría generar un pico de 5,346 MW. Sin embargo, de los 7,492 MW instalados en el país, gran parte proviene de las hidroeléctricas, cuya operación disminuye durante el estiaje.

Además, el parque termoeléctrico sigue sin estar listo para enfrentar la crisis. En diciembre de 2024, solo estaban operativos 857 MW de los 2,062 disponibles. Marco Acuña, presidente del Colegio de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos de Pichincha, prevé que las semanas más críticas serán en abril y los meses de octubre y noviembre de 2025.

Acuña también señala la urgencia de manejar adecuadamente los embalses y acelerar proyectos rezagados como el fotovoltaico El Aromo, el eólico Villonaco III, y el termoeléctrico Energyquil.

Un futuro energético con potencial

Espín destaca que Ecuador tiene un enorme potencial energético, con fuentes hidroeléctricas, eólicas y fotovoltaicas que deben ser revitalizadas con planes concretos. Esto solo será posible con el liderazgo del binomio de la Revolución Ciudadana, que propone soluciones a corto, mediano y largo plazo.

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