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Crisis eléctrica en Ecuador: La opacidad que impide soluciones reales

La crisis energética en Ecuador no solo se manifiesta en apagones y cortes programados, sino también en un problema aún más profundo: la falta de acceso a información transparente sobre el estado real del sistema eléctrico. Desde los niveles de producción y demanda hasta el mantenimiento de las hidroeléctricas, la operatividad de las termoeléctricas y los contratos de compra de energía, el acceso a datos clave está restringido o es prácticamente inexistente.

La sociedad en general, y los expertos en particular, tienen derecho a conocer la realidad de un sector esencial para la estabilidad del país. Sin embargo, a pesar de múltiples solicitudes formales de información, las respuestas de las autoridades han sido nulas o insuficientes.

¿Qué sabemos y qué no se nos dice?

La información disponible proviene principalmente del Centro Nacional de Control de Energía (CENACE), que publica datos sobre la generación y demanda eléctrica. No obstante, estos datos, aunque valiosos, no ofrecen una imagen completa de la situación. Hay áreas críticas donde la opacidad es evidente:

  • Estado real de las termoeléctricas: No existe información clara sobre la capacidad actual de generación de las plantas térmicas, muchas de las cuales tienen más de 30 años de antigüedad y requieren una inversión urgente para su modernización. Se desconoce qué porcentaje de estas plantas está operando a plena capacidad, cuáles están en mantenimiento y qué proyectos existen para su renovación. Tampoco se sabe cuáles han sido declaradas obsoletas y cómo se las reemplazará.
  • Mantenimiento de hidroeléctricas: Las centrales hidroeléctricas, la principal fuente de energía del país, requieren mantenimientos periódicos preventivos. La exigencia sobre ellas, especialmente de Coca Codo Sinclair, amerita conocer qué acciones se están tomando para preservar su capacidad. Sin embargo, no existen reportes públicos detallados sobre su mantenimiento, lo que impide saber si se están tomando las medidas necesarias.
  • Contratos de compra de energía: Ecuador ha dependido de la importación de electricidad de Colombia para evitar apagones, pero no hay información clara sobre los costos de estos contratos, las condiciones en las que fueron firmados ni si existen planes a largo plazo para reducir la dependencia de energía extranjera.
  • Inversión en nuevas fuentes de energía: A pesar de la urgencia de diversificar la matriz energética con fuentes renovables, como la solar y la eólica, no se sabe con certeza qué proyectos están en marcha, cuántos han sido adjudicados ni cuál es su cronograma de implementación.

Falta de respuestas y derecho a la información

Medios de comunicación, expertos y gremios como el Consejo Consultivo de Ingenierías y Economía han solicitado información al gobierno sobre estos temas sin obtener respuestas claras. La falta de datos dificulta la evaluación técnica de la crisis y limita la posibilidad de diseñar soluciones efectivas.

La opacidad no solo afecta a los expertos, sino también a la ciudadanía, que tiene derecho a saber cómo se gestionan los recursos eléctricos del país. La crisis energética afecta la economía, la productividad y la vida diaria de los ecuatorianos, y la falta de transparencia solo agrava la incertidumbre.

¿Por qué no se da a conocer la información?

Existen varias hipótesis sobre las razones detrás de esta falta de transparencia:

  1. Desorden administrativo: La crisis podría haber desbordado a las entidades responsables, lo que impide un manejo ordenado de la información y dificulta su acceso público.
  2. Conflictos de intereses: La falta de transparencia en los contratos de compra de energía y la inversión en nuevas plantas podría esconder negociaciones poco beneficiosas para el país o favorecer a ciertos actores.
  3. Decisiones políticas sobre técnicas: La gestión de la crisis parece estar guiada más por tiempos políticos que por criterios técnicos. La suspensión de apagones ha coincidido con momentos clave para el gobierno, como la época navideña y la campaña electoral, lo que genera dudas sobre la sostenibilidad de las soluciones adoptadas.

Transparencia para solucionar la crisis

El país enfrenta una crisis energética que requiere respuestas urgentes. Sin acceso a información clara y completa, es imposible diseñar soluciones efectivas. Ecuador no solo necesita inversiones en infraestructura eléctrica, sino también un compromiso con la transparencia y la rendición de cuentas.

La ciudadanía tiene derecho a saber en qué condiciones se están firmando los contratos de compra de energía, qué medidas se están tomando para modernizar el sistema y cuál es el verdadero estado del sector eléctrico. La crisis energética no se resolverá con parches temporales ni con opacidad: se necesita información clara, decisiones técnicas y un verdadero plan a largo plazo.

FIN

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