México sigue siendo el epicentro de la violencia global
El Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal de México presentó su informe 2024 sobre las ciudades más violentas del mundo. De las 50 urbes más peligrosas, 20 están en México. Entre ellas, destacan Acapulco, famosa por su turismo, y Tijuana, ubicada en la frontera norte. Este informe no solo resalta la tragedia mexicana, sino también el aumento alarmante de la violencia en otras partes del continente.
Puerto Príncipe lidera el ranking de violencia
La ciudad más violenta del mundo sigue siendo Puerto Príncipe, Haití, con 139 homicidios por cada 100.000 habitantes. En el top 10, además de Acapulco y Tijuana, figuran ciudades ecuatorianas como Machala, que ocupa el puesto 7, con una tasa de 87 muertes por cada 100.000 personas. El puesto 12 lo ocupa Guayaquil con una tasa de 73 homicidios, mientras que Manabí se encuentra en el puesto 15 de ese ranking con 70 muertes violentas por cada 100.000 habitantes.

La violencia se extiende en Ecuador
En los primeros días de 2025, el país registró un incremento del 56% en los homicidios con respecto al mismo periodo del año anterior. Las provincias de Guayas, Manabí, El Oro y Santa Elena son las que más sufren la crisis de seguridad. En un país que atraviesa años difíciles en términos de violencia, 2025 comienza con cifras preocupantes.
El Estado de Excepción: ¿un intento de frenar la ola de violencia?
En respuesta a la creciente violencia, el presidente de Ecuador, Daniel Noboa, ha declarado varios Estados de Excepción. Estas medidas, que incluyen restricciones a las libertades ciudadanas y el despliegue de fuerzas militares, buscan controlar el caos. Sin embargo, en 2025, incluso con estas acciones, la inseguridad sigue siendo un reto constante para el gobierno.
El Plan Fénix y la lucha contra las pandillas
Bajo el ‘Plan Fénix’, Noboa afirmaba que lucha contra las bandas criminales se iba a intensificar. Pero este plan no ha frenado los índices delictivos y por el contrario, ha sido criticado por organizaciones de derechos humanos, que alertan sobre la falta de garantías constitucionales. La violencia organizada sigue creciendo, alimentada por el narcotráfico y la corrupción en las instituciones.
Un panorama de corrupción y complicidad
Las autoridades ecuatorianas se enfrentan a un desafío aún mayor: la corrupción dentro de las fuerzas de seguridad. Desde infiltraciones de bandas criminales hasta escándalos de sabotaje en las fuerzas de seguridad, el crimen organizado se ha fortalecido. Líderes de pandillas han logrado evadir la justicia gracias a la complicidad de funcionarios corruptos, lo que ha generado un ambiente de impunidad y desesperanza.
La situación de Ecuador: ¿qué salió mal?
El declive de la seguridad en Ecuador tiene raíces profundas. En 2012, el país fue considerado uno de los más seguros de América Latina, todos los indicadores tuvieron descensos significativos entre el 24 y el 9.2% en 10 indicadores, comparando los meses de enero-mayo de 2014 al mismo período de 2016.
La reducción se registró en las tasas de homicidios/asesinatos; robo a personas, domicilios y locales comerciales; robo a motos, autos y accesorios de vehículos; violaciones, muertes y siniestros por accidentes de tránsito.

Sin embargo, a medida que el crimen organizado ganó terreno, la falta de una estrategia eficaz de seguridad pública permitió que el narcotráfico tomara control, especialmente en las zonas portuarias de Guayaquil, desde donde se trafican enormes cantidades de cocaína a Europa.
El expresidente Correa, en entrevista con un medio internacional señaló que durante su gobierno se creó una institución solo dedicada a la seguridad, un Ministerio de Justicia encargado de la rehabilitación social. En las cárceles teníamos hasta universidades”, aseguró el expresidente ecuatoriano.
También criticó que sus predecesores “todo lo desmantelaron” a través de acciones como reducir los presupuestos para instituciones dedicadas a la seguridad.
“El crimen organizado se combate con servicios de inteligencia. Lo desmantelaron y lo dejaron para perseguir opositores”, acusó el exmandatario.
Bajo esta línea, enfatizó: “Entonces, hoy lloramos lágrimas de sangre. Cosechan lo que sembraron en estos siete años de destrucción del Estado de derecho”.
Un gobierno incapaz de ofrecer soluciones efectivas
Hoy, Ecuador enfrenta el caos. Si bien el gobierno ha implementado medidas como el aumento de 3 puntos del IVA, estados de excepción y militarización en las calles, la situación sigue empeorando. El crimen organizado avanza, y la comunidad internacional comienza a preocuparse por el impacto global de la violencia ecuatoriana.