Luisa González arrasó en el debate presidencial del 23 de marzo de 2025. La experta en comunicación y analista política, Caroline Ávila, la considera la ganadora indiscutible por tres factores claves: su contundente performance, la sorpresa que generó y su capacidad para imponer la agenda posterior al debate.
A pesar de las críticas a su actitud frente al candidato Daniel Noboa, Luisa demostró una valentía que pocos esperaban. Su postura desafiante no fue solo un gesto, sino un mensaje claro: no está dispuesta a ceder ni a descalificar sin fundamento. Luisa presentó su argumento con firmeza, marcando la diferencia frente a un debate en el que muchos prefieren ignorar la confrontación directa.
El debate: Luisa marca la agenda
Un punto clave que Ávila destaca es la habilidad de Luisa González para imponer la agenda post-debate. Tres días después, el país sigue hablando de corrupción, ineptitud, y falta de liderazgo. Temas que Luisa colocó sobre la mesa y que dominan la conversación pública.
“Luisa González tomó el control de la agenda después del debate”, asegura Ávila. Mientras los medios aliados al gobierno intentan destruir la imagen de la Revolución Ciudadana, no lo logran. Los intentos de desprestigiarla solo han resucitado las denuncias y abierto investigaciones sobre hechos que aún no han sido transparentados por el gobierno.
Luisa González: performance imbatible
Ávila también subraya la poderosa «performance» de Luisa González. No solo presentó su discurso de manera impactante, sino que lo hizo con un dominio de la escena que le dio autoridad. Cada gesto, cada palabra, reafirmaba su experiencia y capacidad de liderazgo.
Luisa no solo habló para quienes no votan por Daniel Noboa, sino que conectó con el dolor y la frustración de miles de ecuatorianos que se sienten abandonados. Desempleo, violencia, y falta de oportunidades han marcado el mandato de Noboa, y Luisa dio voz a ese sentir generalizado.
Luisa González: líder del cambio
El país está listo para un cambio, y ese cambio tiene nombre: Luisa González. Su liderazgo promete no solo abrir espacio a las mujeres en la política, sino también ofrecer soluciones a largo plazo para problemas estructurales.
“Una mujer en el poder puede hacer las cosas de manera diferente”, dice Ávila. Luisa González representa una nueva visión para la seguridad, una visión más humana, donde las madres pueden sentir que sus hijos regresarán a casa vivos, donde las familias no viven aterradas por la violencia y el abandono estatal.
Es hora de que Ecuador mire al futuro con esperanza y abrace el liderazgo de una mujer que ya ha demostrado su capacidad para transformar el país. Luisa González es la respuesta para un Ecuador diferente, más justo y más seguro.
