Aunque actualmente en medio de una crisis que resulta de años de desatención y de incumplimientos del Plan Maestro de Electrificación, el sector energético en Ecuador ha logrado avances significativos en las últimas décadas, consolidando su capacidad de generación y mejorando la infraestructura eléctrica en todo el país. Ecuador, con una cobertura eléctrica superior al 98%, ha dado pasos importantes hacia la inclusión energética, pero los desafíos de una demanda creciente son cruciales para garantizar un suministro confiable a largo plazo. En este contexto, se hace necesario un análisis de las tendencias actuales y futuras del sector energético, en el que proyectos como Coca Codo Sinclair destacan como ejemplos positivos para el desarrollo energético sostenible.
El presente de la matriz energética en Ecuador está marcado por una predominancia de la energía hidroeléctrica, que representa más del 80% de la generación total, esto por sus condiciones hidrológicas. Proyectos de gran envergadura, como la hidroeléctrica Coca Codo Sinclair, con una capacidad de 1.500 MW, han jugado un papel crucial en esta transformación. Desde su puesta en marcha en 2016, Coca Codo Sinclair ha asegurado un suministro eléctrico estable e incluso hizo posible la exportación de energía, según CENACE, reduciendo la dependencia de las plantas térmicas y contribuyendo a la reducción de emisiones de carbono. Este tipo de proyectos demuestra que es posible combinar crecimiento energético con sostenibilidad ambiental.
Sin embargo, sequías y variaciones en los caudales de los ríos pueden llegar a afectar la capacidad de generación. Esto ha llevado a que el país considere la diversificación de su matriz energética mediante fuentes renovables no convencionales, como la energía solar y eólica. La reciente adjudicación de contratos para proyectos como la planta solar El Aromo y el parque eólico Villonaco son pasos importantes sin embargo no pueden representar una mayoría en la generación, la diversificación deberá hacerse en torno a la hidroenergía que es la fuente principal, reconociendo la hidrología del Ecuador y construyendo en las distintas cuencas que ayuden a equilibrar los estragos de los estiajes, asegurando un suministro más estable en el futuro.
Uno de los puntos que se debe fortalecer en el sector energético ecuatoriano es su capacidad para atraer inversión privada en proyectos de infraestructura renovable. Abriendo el mercado para la construcción y el manejo de centrales a empresas internacionales, con la experiencia suficiente lo que promueve una mayor competencia y eficiencia.
Mirando hacia el futuro, Ecuador tiene incluso la oportunidad de consolidarse como exportador regional de energía limpia. La capacidad instalada de generación hidroeléctrica y la expansión de las renovables deberían posicionar al país para establecer acuerdos de exportación con naciones vecinas en momentos que enfrenten déficits energéticos. Esta perspectiva no solo generará ingresos adicionales, sino que también fortalecerá la posición de Ecuador como un referente de energía sostenible en la región.
Informa Ecuador