La política de deportaciones del gobierno de Trump
Fidel Narváez, ex cónsul de Ecuador en Londres, ha calificado las deportaciones masivas de inmigrantes latinoamericanos bajo la administración de Donald Trump como un delito contra los derechos humanos y una violación grave de las leyes internacionales. En su análisis, Narváez destacó que aunque las deportaciones no son un fenómeno nuevo, la intensidad y brutalidad de estas acciones alcanzan niveles alarmantes, considerando la figura política al frente de Estados Unidos.
“Lo que estamos presenciando es un crimen de lesa humanidad,” señaló Narváez, subrayando que este trato hacia los inmigrantes no solo afecta a los delincuentes, sino también a aquellos que no han cometido infracciones.
La respuesta tibia del gobierno ecuatoriano
La Cancillería de Ecuador, bajo la dirección de Gabriela Sommerfield, ha mantenido una postura respetuosa frente a las políticas de Estados Unidos. A pesar de las evidentes violaciones de derechos humanos que sufren los ecuatorianos deportados, la Cancillería ha evitado emitir una protesta firme. Esta actitud pasiva fue duramente criticada por Narváez, quien expresó su descontento con la falta de acción del gobierno ecuatoriano.
“No podemos ser respetuosos con un atropello de esta magnitud,” afirmó el ex diplomático, sugiriendo que el país debería tomar una postura más contundente, como la que adoptó el presidente Petro en Colombia, quien alzó su voz en nombre de Latinoamérica.
La indiferencia ante las protestas internacionales
A nivel internacional, la política de deportación masiva ha generado indignación en América Latina, y algunos gobiernos han expresado su rechazo. Sin embargo, Narváez lamentó que no se haya escuchado una protesta oficial contundente por parte de Ecuador, ni por parte de otras candidaturas presidenciales, a excepción de la Revolución Ciudadana.
“Es fundamental que el pueblo ecuatoriano sepa qué opciones tiene a la hora de votar,” destacó Narváez, haciendo un llamado a los ciudadanos a reflexionar sobre las actitudes de sus futuros gobernantes frente a los derechos humanos.
El conflicto por el caso Assange
En otro tema relevante, el ex cónsul también abordó el caso de Julián Assange, quien sufrió abusos durante su estancia en la Embajada de Ecuador en Londres. Narváez relató que Assange fue sometido a condiciones inhumanas, tales como incomunicación y restricciones severas. Este trato, según Narváez, constituyó una violación de sus derechos como refugiado político y representa una mancha en la historia diplomática de Ecuador.
“La Embajada de Ecuador se convirtió en una cárcel,” expresó Narváez, quien añadió que el gobierno de Lenín Moreno incumplió las instrucciones internacionales al entregar a Assange a las autoridades británicas, a pesar de que su vida estaba en riesgo por la persecución de Estados Unidos.
Un futuro incierto para Ecuador
Narváez también advirtió que Ecuador se enfrenta a una sanción inminente por parte de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos debido a los abusos cometidos en el caso de Assange. Según el ex diplomático, el Estado ecuatoriano ha engañado a organismos internacionales y violado normas fundamentales de derechos humanos.
“Este caso nos costará caro a los ecuatorianos,” concluyó Narváez, señalando que el país deberá enfrentar las consecuencias legales de sus acciones ante la Corte Interamericana.
Finalmente las deportaciones masivas de inmigrantes latinoamericanos bajo el gobierno de Trump y los abusos cometidos por Ecuador en el caso de Julián Assange son ejemplos claros de violaciones de derechos humanos que merecen una respuesta internacional firme.