El 11 de marzo, durante su intervención en el pleno de la Asamblea Nacional, Gabriela Goldbaum, exesposa de Daniel Noboa, denunció ser víctima de violencia vicaria, una forma de abuso utilizada por su exmarido para ejercer control sobre ella y su familia. Según Goldbaum, esta persecución judicial y personal ha sido parte de una campaña de acoso que inició desde hace seis años.
Una pesadilla judicial
Gabriela relató cómo la persecución comenzó en 2019, cuando decidió separarse de Daniel Noboa, estando embarazada de seis meses. La «pesadilla» inició con intentos de obtener información personal a través de terceros, incluso contactando a su ginecólogo.
En este proceso, revela que varios de los involucrados en su acoso forman parte del círculo político de Noboa, incluyendo asambleístas y otros funcionarios públicos como la ex ministra del Interior, el expresidente del Consejo de la Judicatura, el actual ministro de Salud y Fernando Yávar, abogado que representa a Noboa en la designación de los nuevos miembros de la Corte Constitucional.
El acoso se intensifica
A medida que pasaban los años, las demandas judiciales se fueron multiplicando, llegando a ser 42 en total, todas presentadas por el círculo cercano de su exesposo. Goldbaum relató que muchas de estas demandas, como las relativas al régimen de visitas o la pensión alimenticia, fueron resueltas de manera unilateral y sin su participación.
Violencia y amenazas
Gabriela denunció que la violencia ejercida por Noboa no solo ha sido judicial. Asegura que su exmarido ha utilizado su poder político, judicial y económico para acosarla. En uno de los momentos más traumáticos, relató cómo su hija fue objeto de intentos de secuestro por parte de abogados y personal armado, quienes llegaron a su hogar con la intención de llevarse a la niña por la fuerza. «Nunca me había sentido tan frágil, tan destruida emocionalmente», confesó.
Además, el acoso incluyó difamación pública. Goldbaum fue víctima de videos viralizados en redes sociales y agresiones físicas, como el acoso que sufrió en un aeropuerto por parte de abogados de Noboa, los mismos que representan a la sentenciada Mayra Salazar.
Violencia vicaria: un abuso sistemático
Goldbaum denunció que la violencia vicaria, caracterizada por el uso de los hijos para causar daño emocional al otro progenitor, ha sido una de las tácticas más crueles utilizadas por su exesposo. Señaló que los constantes cambios en el régimen de visitas de su hija han afectado su desarrollo emocional, llevándola a recibir apoyo psicológico.
En un acto de extrema crueldad, Gabriela relató cómo Noboa, junto con su esposa y sus abogados, intentaron llevarse a su hija utilizando a la fuerza pública y personal armado.
Represalias contra su familia
El acoso también se ha extendido a la familia de Goldbaum. Su hermano Federico Goldbaum enfrenta acusaciones penales por supuestos delitos relacionados con la contratación de seguros en Petroecuador, una denuncia presentada por un abogado cercano a Noboa.
Además, Gabriela enfrenta demandas millonarias por daño moral, que incluyen una por 100 mil dólares contra su padre, otra por 20 millones de dólares en su contra (que perdió Noboa) y una por 200 mil dólares que se encuentra en etapa de casación.
El temor por su vida y la de su familia
Gabriela Goldbaum expresó su temor por su vida y la de su familia debido a la violencia y persecución a la que está siendo sometida. A pesar de ello, decidió hacer pública su denuncia para visibilizar el sufrimiento de miles de mujeres que atraviesan situaciones similares. «Hoy tomo más fuerza porque no quiero que arrebaten a mi hija», afirmó.
Un llamado urgente a legislar contra la violencia vicaria
A través de su testimonio, Gabriela Goldbaum también hizo un llamado urgente a la Asamblea Nacional para aprobar el proyecto de ley que tipifica la violencia vicaria como un delito en el Código Orgánico Penal. Esta iniciativa, presentada nuevamente, por la asambleísta Gissela Garzón en 2024, busca sancionar a quienes ejerzan este tipo de abuso.
Goldbaum destacó la importancia de esta ley, señalando que la violencia vicaria es una forma de abuso destructiva que afecta tanto a las madres como a los hijos. «Es una guerra que te quiebra por dentro», dijo.
Con su denuncia, Goldbaum no solo busca justicia para su caso, sino también dar voz a las mujeres que no tienen los recursos ni el apoyo para enfrentar este tipo de violencia. «Que todas las mujeres del Ecuador sepan que no están solas», finalizó.