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China: Preservando libros antiguos para el presente y el futuro

Li Yangyang ha convertido la restauración de libros antiguos en su vocación.
[Imagen cortesía de China Daily]

La creciente forma de arte de la restauración de libros antiguos atrae a nuevos entusiastas ansiosos por salvar los tesoros de la palabra impresa.

A los 30 años, Li Yangyang nunca imaginó que su título en negocios internacionales la llevaría a una carrera en la restauración de libros antiguos. De ser una novata en el campo a fundar su propio taller de restauración, pasó seis años abriéndose camino en esta especializada profesión.

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Hoy, no solo restaura valiosos textos antiguos, sino que también inspira a muchos jóvenes a involucrarse en este arte tradicional a través de las redes sociales. La trayectoria de Li refleja cómo la restauración de libros antiguos ha pasado de ser considerada un «oficio anticuado» a convertirse en un campo vibrante y emergente, en medio del resurgimiento de la cultura tradicional.

Un giro inesperado en su carrera

En 2017, Li, originaria de Wuhan (provincia de Hubei), acababa de graduarse y exploraba distintas oportunidades laborales. A pesar de probar varios empleos, no sentía satisfacción.

Un día, encontró una empresa de tecnología cultural que buscaba restauradores de libros antiguos y ofrecía formación a aprendices sin experiencia. Intrigada, envió su currículum y consiguió el puesto.

Para Li, la restauración de libros antiguos era un mundo completamente nuevo. La empresa la emparejó con colegas experimentados para un aprendizaje práctico y frecuentemente invitaba a reconocidos expertos a dar conferencias.

Tras seis intensos meses de formación, comenzó a encargarse de tareas de restauración sencillas por su cuenta.

Un trabajo minucioso y desafiante

Restaurar libros antiguos es más difícil de lo que parece. Un proyecto típico implica más de 20 pasos: documentación fotográfica, preparación de materiales, desmontaje del libro, limpieza, encuadernación y más.

Dependiendo del daño, Li puede restaurar desde 30 páginas hasta solo una o dos por día, con tarifas que van de 20 a 200 yuanes por página.

Los «ladrillos de libros» es el término coloquial que usan los restauradores para referirse a libros antiguos que se han endurecido como bloques. Algunos están tan húmedos que las páginas quedan completamente pegadas, y solo el primer paso de «separarlas con cuidado» puede llevar un día entero. Un error mínimo podría rasgar el papel.

La estética también es un gran desafío. La restauración no se trata solo de «remendar»: los márgenes y el color del papel de respaldo deben armonizar con el estilo original del libro.

Paciencia y respeto: claves del oficio

Li cree que trabajar en restauración, especialmente para principiantes, exige reverencia y una mentalidad tranquila.

«Antes de empezar, debes preguntarte: ¿Mis habilidades son suficientes? Si no, es mejor pedir ayuda a un maestro antes que empeorar las cosas», explicó. «Una restauración excesiva puede ser más dañina que no intervenir el libro».

También recomienda evitar trabajar en libros antiguos si se está emocionalmente alterado. Recordó una ocasión en que, por frustración, casi arruga un libro.

«Tampoco es ideal estar demasiado alegre, riendo o bromeando. Cortar un milímetro de más puede hacer imposible la restauración después».

Un legado que trasciende el tiempo
Con su dedicación, Li no solo devuelve la vida a obras centenarias, sino que también siembra interés en las nuevas generaciones por preservar este patrimonio cultural. Su historia es un testimonio de cómo los oficios tradicionales encuentran un nuevo brillo en la era moderna.

Con información de China Daily

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